Opinión editorial* por Pía Zevallos – Directora LACADI Perú (Libélula).
Se estima que los ingresos per cápita promedio a nivel nacional se reducirían hasta 21% al año 2050, respecto a un escenario sin efectos del cambio climático, de mantenerse la tendencia del calentamiento global (Chirinos 2021). Perú es un país megadiverso y con un amplio potencial para inversiones verdes. Al mismo tiempo, el cambio climático representa una amenaza al crecimiento económico del país, uno de los más altos de la región.
Con el fin de romper esta tendencia, a nivel global se adoptó en el 2015 el Acuerdo de París, con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura promedio mundial por debajo de los 2°C, en comparación con niveles preindustriales y realizar esfuerzos para limitar el aumento a 1.5°C. A nivel nacional, también se están tomando medidas entre las cuales destacan la promulgación de la Ley Marco de Cambio Climático y su reglamento; la declaración de emergencia climática nacional en 2022; la creación de la Comisión de Alto Nivel de Cambio Climático, la inclusión del cambio climático en el Plan Nacional de Competitividad y Productividad: y el trabajo coordinado que viene desarrollando el Ministerio del Ambiente, con el Ministerio de Economía y Finanzas bajo el Protocolo Verde.
A pesar de estos esfuerzos el avance de la inversión verde en el país es aún muy incipiente y representa una de las oportunidades con mayor impacto para combatir los riesgos del cambio climático. La Iniciativa Latinoamericana para la Divulgación de Activos Climáticos (LACADI) busca crear sinergias con iniciativas en operación como el Programa de Inversión Responsable (PIR), para superar las barreras a la divulgación climática y contribuir a la alineación de los flujos financieros con los objetivos de mitigación y adaptación nacionales y globales.
Los portafolios de inversión de los fondos de pensiones y las compañías de seguros, son de un tamaño equivalente a casi el 30% de los activos totales del sistema financiero peruano. Estos inversionistas tienen hoy el reto de incluir las oportunidades y los riesgos de cambio climático para mantener la salud financiera y enfrentar los cambios económicos, sociales y ambientales asociados a la transición hacia una economía carbono neutral y una sociedad resiliente (LACADI, 2022).
No obstante, aún existen barreras para la incorporación del cambio climático como variable en las decisiones de inversión. Entre ellas, destaca la falta de información actualizada y traducida en términos financieros sobre riesgos climáticos; el lento avance en la incorporación de aspectos socioambientales y riesgos climáticos en la toma de decisiones corporativas.
Lo que está en juego no es poca cosa. La transición hacia inversiones verdes y sostenibles es una oportunidad potente y un paso crucial para crear un futuro bajo en carbono, y economías estables y duraderas. Algunos de los pasos identificados a seguir para cumplir estas metas incluyen: 1) Construir compromisos de carbono neutralidad a nivel corporativo; 2) Movilizar capital privado a países emergentes y en vías de desarrollo, para ayudarlos a cumplir sus compromisos de mitigación y adaptación en el marco de París; 3) Fortalecer el trabajo sobre métricas y mejores prácticas de alineación de portafolios de inversión; 4) Definir planes de acción sectoriales hacia la carbono neutralidad; y finalmente 5) Identificar y certificar proyectos de bajas emisiones de carbono y que contribuyan con la adaptación.
*Publicado originalmente en el medio digital peruano Gestión, el 20 de septiembre de 2022